viernes, 24 de diciembre de 2010

234

Hay cosas que no se superan.
Quieras o no.
Y por más que lo intentes, no podés.
Porque es imposible.
Podés tolerarlas. Esconderlas.
Hacer como que no están, como que no existen.
Pero en cuanto te tocan ese punto débil,
en cuanto te hacen recordar que siguen ahí,
la caída es alta.
Y el impacto, fuerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario