sábado, 9 de abril de 2011

E.A.T (II)

Continuación de esto.


Desde el año pasado que no hacía esto, desde el año pasado que no estaba mal por este motivo, el motivo que tanto odio, que detesto; la usual recaida que siempre era por lo mismo, que parecía olvidada pero decidió volver. Volver para hacerme recordar que hay cosas que más allá de que uno quiera y lo intente con todas sus fuerzas... no se pueden borrar, superar ni olvidar.
No tengo una razón clara por la cual estoy escribiendo esto, supongo que me estoy descargando con otra cosa que no sea mi muñeca... No entremos en detalles innecesarios.
Resulta que, cuando uno está ocupado o al menos entretenido, deja de lado algunas cosas, aunque sea por un rato. En algunos casos esto es bueno, y en otros no. Lo cierto, es que cuando uno se esfuerza por entretenerse para lograr estos objetivos, termina haciendo totalmente lo contrario. Es la ley de la vida; mientras más te queres olvidar, más te acordas. Lo dicen todos, lo dice Arjona y lo digo yo. Es la cruda realidad que todos en algun momento afrontamos. En mi caso, me creo la persona más realista del mundo, hasta un punto de que... me duele ser así. Pero como extremista de mierda que también soy, en los pocos momentos que huyo de mi realismo, vivo en un mundo fantástico donde todo es perfecto. Claramente, ese mundo, como bien dije, es FANTÁSTICO, es decir- NO EXISTE. Y tarde o temprano, hay que volver a la vida real.
Me fui de tema, pero no importa, mejor... prefiero cambiar de tema, aunque sea me voy por ramas que no tienen destino a la felicidad, pero tampoco a la tragedia como el final de lo que tenía pensado escribir apenás empezé con esta entrada.
El punto es que, estoy... bien. Bleh. Se que podría estar peor, y se que si estuviera tan mal como a veces pienso que estoy, el piso 14 me estaria esperando, junto con una nota a mis viejos y un par de inbox a ciertas personas. Por ende, tan para el orto no me siento. Esto es tan solo un momento más de... profundidad conmigo misma y mis horribles y enfermos pensamientos (que vale aclarar que salen a flote en altas horas de la noche, cuando estoy sentada frente a la computadora, sola, escuchando musica emo como un ente sin vida alguna) Y, por último, unas bellas palabras para concluir con este insano producto cerebral de un sábado a las 3 de la madrugada: Sigur Ros, me estás matando. (Pero de una forma linda)